La adopción de las criptomonedas está en una encrucijada tecnológica
Las wallets hoy son más transparentes y accesibles, con mejoradas solicitudes de firmas.
Hoy proliferan las appchains, omnichains, sidechains, superchains, layers 0, 1, 2, 3.
El uso de bitcoin y las criptomonedas sigue su ritmo, al compás de la voluntad de las personas por adoptarlas. Pero lo que hagan los desarrolladores y creadores sobre estos ecosistemas importa, y determinará si dicha adopción será un proceso fluido o complicado.
Justo hoy, parecen estar convergiendo dos estados de desarrollo aparentemente contradictorios en los ecosistemas: la optimización y perfeccionamiento de las wallets de criptoactivos con una creciente complejización de las redes y cadenas como Bitcoin, Ethereum, Solana y la decena de ellas que nacen semanalmente.
La situación de las redes es crítica. Ahora mismo, está sucediendo una proliferación de cadenas en un contexto donde la infraestructura que las une es aparatosa y complicada.
Se asoman formas más fáciles de pagar comisiones con wallets
Empecemos por las wallets de criptomonedas. Estas parecen mejorar a un paso rápido en dirección de la accesibilidad, tanto al usarlas como al pagar con ellas. En general, están añadiendo nuevas funciones y utilidades a la vez que mejorando y puliendo sus fallas más conocidas.
A nivel de ide programación, muchos desarrolladores están trabajando en un concepto nuevo llamado account abstraction, abstracción de cuenta, que afecta el diseño de las wallets buscando la implementación de cuentas universales.
Entre otras mejoras, la abstracción de cuenta permitirá que las aplicaciones o paymasters patrocinen las tarifas de gas de ciertas transacciones. En otras palabras, el usuario podrá transar en Ethereum, después de la actualización Pectra, con saldo insuficiente.
La idea de abstraer cuentas y cadenas es que los usuarios puedan interactuar con aplicaciones descentralizadas (dApps), blockchains y distintas capas sin necesidad de gestionar múltiples billeteras, direcciones, cuentas, puentes y otras cargas de trabajo producto de la falta de interoperabilidad.
En la misma línea, la red Base, segunda capa de Ethereum, anunció recientemente que habilitará el pago de comisiones con USDC o tokens ERC-20.
Es probable que muchas redes de aquí en adelante empiecen a ofrecer estas opciones de accesibilidad.
Las transacciones esponsorizadas y el pago de transacciones con tokens distintos del nativo vienen a resolver un problema básico de las redes de criptomonedas. Estas sufren la paradoja de albergar wallets con activos valiosos, pero sin moneda nativa para transferirlos.
Esto puede suceder porque un airdrop diseminó activos en wallets sin holdings de ether, porque un amigo fondeó la billetera de otro que aún no sabe usar criptomonedas. La razón más sencilla y frecuente es que el usuario gastó todos sus ethers, y ya no puede mover sus activos.
Estos modelos de transacciones novedosas flexibilizan el uso de los monederos y la gestión de los fondos. Principalmente, evitan rodeos tediosos que implican enviar criptomonedas desde un exchange o wallet a otra para pagar tarifas de gas.
Cada vez es más fácil gastar criptomonedas desde las wallets
Por si fuera poco, el ecosistema de criptomonedas está viendo un auge de tarjetas de débito nativas de wallets de criptomonedas. Estas tarjetas de wallets permiten realizar pagos conservando la autocustodia.
Usar estas tarjetas, aunque implica una posible pérdida de anonimato de las wallets privadas, permiten pagar directamente con fondos resguardados de forma segura en monederos privados.
Hasta aquí, las opciones de tarjetas solo eran ofrecidas por exchanges, plataforma donde existe riesgo de contrapartida y donde los usuarios no tienen la custodia real de los activos que almacenan. Ejemplos de estas tarjetas con autocustodia son la de Tangem Wallet, Mercuryo y Metamask.
Wallets mejoran en su seguridad y accesibilidad
También, las wallets son ahora más limpias en la presentación de las solicitudes de firma, o la tendencia es empezar a mejorar este aspecto de seguridad. Anteriormente, la firma de solicitudes de contratos inteligentes estaba llenas de caracteres hexadecimales incomprensibles. Estos no revelaban la acción que iba a ejecutar el contrato, ocasionando que el usuario no supiese qué estaba firmando con su llave privada.
Lo anterior fue causa de no pocas estafas. Según Ledger, 2022 vio el robo de hasta 3.700 millones de dólares en criptomonedas mediante fraudes como la firma ciega.
Este año, MetaMask y las mismas wallets Ledger vieron mejoras en este aspecto, mostrando solicitudes de firmas más claras y hasta advirtiendo cuándo una solicitud de firma es inverificable. Muchas más wallets empezarán a adaptar sus solicitudes de firma a los nuevos estándares de calidad.
Exchanges incursionan en las wallets con modelos fáciles de usar
Las wallets de criptomonedas han ganado tracción adicional este año y abierto una vía para la adopción masiva. Ello gracias a que los exchanges importantes, como Binance, OKX o Bybit crearon soluciones de monederos web3 parcialmente interconectados con sus plataformas.
El uso de estos monederos de autocustodia eximen de realizar acciones técnicas de mayor complejidad, como transferencias de una dirección privada a otra. En la misma línea, estas wallets dan acceso nativo y simplificado a protocolos DeFi que anteriormente exigían una navegación más profunda y compleja en la llamada web3.
Las wallets, particularmente las de Bitcoin, también han visto una mejora en términos de privacidad. Lo logran con una implementación creciente de los silent payments o pagos silenciosos en distintos monederos del mercado, tanto de hardware como en hot wallets. Ejemplos de ello son BitBox02, Cake Wallet, BlueWallet y Silentium.
En conclusión, las wallets van mejorando y adaptándose mejor a esa hipotética adopción a gran escala por venir. Lo hacen flexibilizando el mecanismo de pagos y ofreciendo una experiencia más transparente, directa y segura.
Las cadenas de bloque cada vez son más complejas y tienen más capas
El desarrollo de las distintas tecnologías no parece correr pareja. Mientras esto está sucediendo con las wallets, donde el desarrollo tiende hacia la transparencia y la simplificación, la construcción de infraestructura digital de cadenas contables (blockchains) parece afectada de mayores dificultades.
Al tratarse de sistemas amplios, su desarrollo tiende hacia una complejidad mayor conforme pasa el tiempo. Esto podría traer potenciales problemas a la adopción de criptomonedas. El origen de esta complejidad es que cada vez hay más cadenas, tipos de cadenas y capas superpuestas unas sobre las otras.
Las segundas capas: primer peaje
Las capas adicionales más comunes son las layer 2 (L2) o segundas capas. Funcionan como una ancha autopista secundaria, construida sobre las redes principales como Bitcoin y Ethereum.
Estas autopistas permiten procesar múltiples transacciones de manera más rápida y económica fuera de la cadena principal. Tras su procesamiento en esa capa superior, las layer 2 vuelven a incluir, generalmente empaquetadas, las transacciones en la red principal. Ejemplos de estas L2 son Lightning Network en Bitcoin o Arbitrum o StarkNet en Ethereum.
Pero estas segundas capas no suelen funcionar como un mero apéndice de la red principal. No en la práctica. Estas contienen aplicaciones nativas propias, desde marketplaces hasta plataformas DeFi. Lightning Network, por ejemplo, tiene exchanges para tradear derivados.
Generalmente usan un token distinto de la red principal, excepto Lightning, que sigue usando bitcoin (BTC). Arbitrum usa su propio token; lo mismo StarkNet, con los que las transacciones en esta segunda capa se pagan con ellos.
Para pasar de una red principal a una segunda capa, se precisa atravesar un “peaje”, mover los activos de una red a la otra a través de un puente. Ello para superar el aislamiento entre las cadenas.
Lo anterior tiene la consecuencia de que incrementa la importancia de los puentes (bridges) de criptomonedas, considerados por los hackers el talón de Aquiles entre cadenas de bloque.
Además, el uso de los puentes resulta tedioso, porque demanda un procedimiento especial y un pago extra para llevar los tokens de una cadena a otra. Este pago suele ser más costoso que una transacción regular, además de tener límites más altos y prohibitivos.
Los puentes de bitcoin son aún más peligrosos que los de otras criptomonedas, porque casi nunca lo que se recibe del otro lado del bridge es BTC, sino una versión envuelta que perdió sus propiedades de seguridad al salir de la red de Bitcoin.
Actualmente, quizá excepto por los exchanges descentralizados de intercambio cruzado (cross-swap), no existe ninguna manera de pasar criptomonedas de una red a otra sino utilizando un puente.
Appchains: un peaje en un callejón sin salida
La proliferación de tipos de cadena va más allá de los rollups y otro tipo de segundas capas. Se está poniendo de moda la creación de appchains, o cadenas de propósitos específicos.
Se trata de cadenas de bloques diseñadas con el propósito único de satisfacer las necesidades y los requisitos técnicos de un solo protocolo o aplicación descentralizada (dApp).
Una appchain es equivalente a imaginarse que protocolos como Uniswap o Aave, en vez de pertenecer ambas junto con otras a una cadena de propósito general como Ethereum, tuviesen una cadena única, cada una para sí. Si bien estas cadenas pueden mejorar la optimización, independencia y eficacia de estas aplicaciones, es evidente que aíslan las cadenas y las dApps unas de las otras.
Un ecosistema repleto de appchains equivaldría a visitar un centro comercial y tener que subir escaleras, o atravesar una puerta con un guardia, cada vez que quieres visitar una tienda.
En resumidas cuentas, las appchains, como las L2, fragmentan los ecosistemas de criptomonedas, lo mismo que los largos tiempos de carga lo hacen con los videojuegos o las salas de espera con los hospitales.
Omnichains: una cadena de cadenas
Con una intención inversa, las omnichains pretenden asegurar la conectividad entre las cadenas. Son redes de malla (mesh) que ofrece una “semántica de red universal” para conectar todas las cadenas entre sí. Una omnichain se ve de la siguiente manera:
En una omnichain, cada cadena está conectada con las del resto del sistema. Permite llegar de A a E directamente, sin pasar por B, C, D. En términos de interoperabilidad, este diseño suma mucho. Mejora la navegación entre cadenas, permitiendo saltos a “regiones lejanas” que antes hubiesen requerido procedimientos más meticulosos y lentos. No obstante, las omnichains no resuelve el problema de los puentes.
Además, por la necesidad de captar y absorber valor monetario para financiarse, estas omnichains no serán solo una capa ejecutiva que conectara a las demás redes. Como otro tipo de cadenas, tendrá su propio token de utilidad y sus aplicaciones nativas.
Las personas pasarán su tiempo en estas omnichains, por lo que estas redes competirán con otro tipo de cadenas por la atención de los usuarios. Las superchains, que parten de un concepto similar, corren el mismo riesgo.
Un ecosistema fragmentado en mil partes
La proliferación de cadenas de cualquier tipo, incluso cuando pretenden favorecer la integración de las ya existentes, parece seguir profundizando las brechas entre los ecosistemas de cadenas de bloque.
Lo que contribuye a la segmentación excesiva es la creación constante de nuevos protocolos. Algunos de estos protocolos, como Caldera, permiten a su vez desplegar rollups “prefabricadas” de manera rápida y con bajos costos a las que puede añadírsele cierta capa de personalización. A su vez, estas rollups desplegadas pasan a formar parte de una metalayer, también de Caldera, que integra todos los rollups construidos con su marco de trabajo.
La creación de la mayoría de estas capas adicionales sobre las redes principales obedece a una lógica de negocios, donde lo principal es captar liquidez de grandes grupos de usuarios y ofrecerles un servicio remunerado a cambio. La web3, entonces, se está convirtiendo en un hub de negocios, en un gigantesco centro comercial virtual.
Si los ecosistemas son suficientemente grandes, y sus ofertas sobradamente variadas, los usuarios podrán pasar sus vidas en esos nichos, sin preocuparse de lo que hay más allá.
No obstante, la cantidad de aperturas de “negocios en cadena” es tan grande que tarde o temprano los usuarios se topan con problemas de interoperabilidad y aislamiento.
Tienen que usar puentes, cambiar criptomonedas, ver su valor extraviado en remotas cadenas donde no se puede hacer nada con él y donde devolver los fondos sale caro. Quizá los desarrolladores de cadenas y capas puedan aprender algo de los desarrolladores de wallets, cuyo desarrollo no cesa de mejorar mientras sus productos son cada vez más amigables y menos complejos en la superficie.
No por nada, el ámbito de las wallets, generalmente más enfocado en la privacidad y seguridad y menos en los negocios, parece estar más lleno de proyectos de código abierto y de iniciativas menos ambiciosas, más acotadas y definitivamente más útiles.
Los desarrolladores de wallets buscan constantemente hacer compatibles sus productos con los de la competencia. Intentan crear una infraestructura común, que sirva como pegamento entre las partes. El desarrollo de cadenas, un negocio multimillonario, no podría ser más distinto: se basa en captar el valor económico alojado en otras cadenas y en redistribuir las cuotas de mercado.
Los desarrolladores de cadenas parecen más enfocados en ofrecer su producto y no en la unificación de los ya existentes.
Pese a que con las abstracción de cadenas y las cuentas universales buscan que esta fragmentación cese, la “singularidad blockchain” parece indetenible: de una cadena salen decenas de ellas, y de éstas cientos más en reproducción incontrolable. Volver interoperables solo una fracción de las cadenas que existen será una labor que tardará años.
Esta reproducción indetenible y segmentada de cadenas pone a la adopción de criptomonedas en una encrucijada. El camino de la izquierda lleva a abandonarse a la inercia de crear capas sobre capas de capas, favoreciendo el «sedentarismo» virtual de los usuarios. Esto beneficia a los negocios y los desarrolladores, pero no a los usuarios mismos, que preferirían tomar el camino de la derecha.
El camino de la derecha les enseña ecosistemas integrales donde la capa ejecutiva es robusta, interconectada y donde la tarea de moverse y de navegar la web3 es cómoda y desenvuelta.
El usuario sabrá agradecer que no exista un peaje en cada kilómetro de la autopista de la web3.
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